Mi primer fracaso con piezas “light”

Está claro que contra menos pese la bicicleta más rápido iremos con ella pero hay que tener en cuenta dos límites muy importantes, el precio y la resistencia. Cuando encuentras un componente a un coste razonable es muy fácil caer en la tentación de saltarse la segunda frontera. Esto me ocurrió con este cierre para la tija del sillín.

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El cuerpo de aluminio con tornillo en titanio, su diseño espectacular y minimalista, sus menos de 10 gramos y los apenas 11 Euros que costaba lo convirtieron en una irresistible tentación. Lo compré en Fizzbikes hace unos meses y cuando lo tuve en la mano me dio cierta sensación de fragilidad sobre todo en el tornillo, es ridículamente pequeño. Llegué a plantearme incluso llevar otro tornillo de repuesto pero me dije: “para que quieres una pieza ligera si tienes que llebar encima otra de repuesto”.

Con esto, ha estado montado en la bici durante varios meses y miles de kilómetros sin dar ningún problema hasta que un día aparece uno de esos ruidos de origen desconocido, comienzo por engrasar la tija y el cierre, le doy un apretón extra y…

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Como se puede ver en la foto, uno de los anillos se fisura en la unión con la zona del logo al salirse del alojamiento del cierre en el cuadro. Por suerte esto pasa en el taller y no termino con mis dientes por el suelo. Sin duda alguna, yo fui el culpable de esta rotura por no respetar el par de apriete máximo de 5NM que claramente indica el fabricante en el propio cierre.

Para nada intento descalificar ni el componente ni la marca (Llevo montados otros componentes de esta marca sin ningún problema), es más, lo recomiendo a todos aquellos que dispongan de una llave dinamometrica de precisión para realizar estos aprietes.

Esto simplemente es una reflexión para todos aquellos bikers que no están cerca de los 60 kilos para que tengan en cuenta el esfuerzo al que van a someter a cualquier pieza de la bicicleta antes de comprarla.